La bodega mendocina Achaval Ferrer cierra el año con una nueva línea de vinos. Quimerino, que está conformado por un blend blanco y otro tinto, apunta por la versatilidad a la hora del maridaje. Los vinos van por el lado de la fruta, pero con bastante volumen en boca, y funcionan muy bien gastronómicamente.
Quimerino además tiene un plus que es el compromiso con la sustentabilidad. “Se utilizó insumos nobles con cierres que responden con huella de carbono 0 y huella hídrica certificada a estas prácticas, como cierres sintéticos y cajas de cartón Kraft sin tratar, que se imprimen con tintas al agua, convirtiéndola en una caja reciclable y bio degradable”, cuentan desde la bodega.
Por otro lado, Quimerino es la primera línea de vinos de Achaval en contar con certificaciones SIN TAAC/Gluten Free y vegana.
Ambos vinos tienen en común no tener crianza en barrica. Quimerino Blanco 2023 es un corte de Sauvignon Blanc (90%) y Marsanne (10%), que se destaca por su volumen en boca. Delicado en aromas, que van por el lado cítrico y de las frutas de hueso, prima su capacidad para limpiar el paladar ante comidas con alto contenido de grasa. Pero dado que no es invasivo en aromas, también funciona como platos más tímidos.
Quimerino Tinto 2023, por su parte, es un corte de Pinot Noir (37%), Malbec (30%), Syrah (21%) y Sauvignon Blanc (12%). De aromas y sabores de fruta roja y negra, con algún toque especiado, es un vino que se bebe fácil y tiene un punto justo de volumen, ni ligero, no excesivo, como para hacerse un lugar en la mesa ante distintos platos.