El fondo del mar ofrece condiciones interesantes para el añejamiento de vinos y spirits. Protegidas de la luz de sol y envueltas en una temperatura constante, las bebidas pueden evolucionar allí a sus anchas. Eso ya lo ha mostrado la experiencia de la bodega Wapisa, en Patagonia, que usó el mar que baña las costas de Las Grutas, en Río Negro, como cava submarina. Ahora, en Japón ofrecen por un (para nada) módico precio la posibilidad de que cualquier consumidor ponga a dormir sus botellas bajo el mar.
Quién lanzó ese servicio es la compañía Hokkaido Kaiyo Matsuri, que recientemente invitó a consumidores a guardar sus botellas en las frías aguas de Hokkaido, en el norte del archipiélago nipón. Hasta el 9 de abril hay tiempo para anotarse de la experiencia que depositará las botellas en el fondo del mar el 30 de junio de 2024, para luego traerlas a superficie el 29 de junio de 2025.
Los ansiosos podrán monitorear las botellas desde sus computadoras, ya que la empresa montará una cámara que transmitirá las 24 horas (algo así como un Gran Hermano submarino).
El valor por caja (de 12 botellas) añajada bajo el mar es de casi 700 dólares, e incluye el costo de sumergimiento, monitoreo, mantenimiento, sellado de cera y seguro. El servicio es apto para botellas de whisky, gin, ron, tequila, shochu, sake, vino, espumante y licor, siempre y cuando se trate de botellas de tamaño y formato estándar.
Hokkaido está rodeada por tres mares diferentes: el Mar de Japón al oeste de la isla, el Mar de Okhotsk al norte y el Océano Pacífico al este.