El universo del Malbec argentino es enorme. Se estiman en más de 1840 las etiquetas de Malbec que se producen en el país, pero hay algunas que se destacan por su singularidad. Una de ellas es Altura Máxima, de la Bodega Colomé, que proviene de una finca plantada a 3111 metros sobre el nivel del mar, que la convierten -según la organización Guinness World Records- en el viñedo más elevado del planeta destinado a la producción de vinos de calidad.
Enclavado en la porción salteña de los Valles Calchaquíes, sobre la ladera de una montaña, el viñedo se encuentra sometido a particulares condiciones climáticas derivadas de la altura extrema, que hacen que las temperaturas se asemejen más a las de regiones francesas como la Borgoña o el Loire. Eso combinado con la extrema insolación crea un combo que da lugar a vinos con una personalidad única.
“La verdadera expresión del terroir en este Malbec proviene de la altitud extrema en la que se asienta el viñedo. Por la fuerte exposición solar el fruto produce una piel gruesa y oscura. Razón por la cual los vinos son
de color profundo, nariz compleja y de buena estructura tánica. Al mismo tiempo, la gran amplitud térmica entre el día y la noche le da elegancia y frescura”, explica Thibaut Delmotte, enólogo desde 2005 de Bodega Colomé.
Tras una década de ensayos e investigación, la primera cosecha de Colomé Altura Máxima Malbec en salir al mercado fue la 2012, que se presentó en 2016. La cosecha más reciente hoy es la 2019, que confirma la singularidad este Malbec, que atraviesa una crianza en barricas usadas de 24 meses.
Su graduación alcohólica, notablemente elevada, es de 15,5%. Pero aun siendo un vino de gran concentración, tiene como contraparte una gran acidez que sirve como contrapeso, dando como resultado un vino de carácter pero refrescante. Y, también, de muchísimo potencial de guarda.