El enoturismo continúa ganando adeptos entre los viajeros, y un reciente estudio de Titan Travel difundido por la publicación británica The Drinks Business revela cuáles son los destinos más accesibles para visitar viñedos en 2025. Sudáfrica encabeza el ranking global con una puntuación de 8.38 sobre 10, posicionándose como el país más económico para disfrutar de experiencias vitivinícolas.
El país africano ofrece la botella de vino más barata del estudio, con un precio promedio de US$4.35, y la cata en viñedo más económica, con un costo medio de US$14.91. Entre abril de 2024 y marzo de 2025, se registraron 16.640 búsquedas de tours en viñedos sudafricanos, la segunda cifra más alta a nivel mundial. Los visitantes pueden degustar Chenin Blanc —cosechado habitualmente en marzo— mientras contemplan majestuosas cordilleras.

Portugal ocupa el segundo lugar con una puntuación de 7.75. El país cuenta con la mayor densidad de tours enológicos: 562 en total, lo que equivale a 6.1 por cada 1.000 km². En el último año, se realizaron 14.140 búsquedas de experiencias vinícolas portuguesas. Los visitantes pueden participar en la tradicional pisa de uvas Touriga Nacional durante la vendimia de septiembre.
Italia se posiciona en tercer lugar con una puntuación de 7.00. El país registró 827 tours (2.7 por cada 1.000 km²) y 12.430 búsquedas en los últimos 12 meses. Las experiencias italianas suelen incluir maridajes con quesos y embutidos, especialmente durante la producción de Prosecco, que alcanza su punto máximo en septiembre.

El informe también resalta líderes en categorías específicas:
- Francia fue el país más buscado para realizar tours de vino, con 46.020 búsquedas en el último año.
- Sudáfrica registró el precio promedio más bajo para catas (US$14.91).
- Portugal ofreció la mayor densidad de tours enológicos (6.1 por cada 1.000 km²).
Phil Elis, experto en destinos de Titan Travel, comentó: “Los tours de vino han dejado de ser un interés de nicho; hoy son una parte clave en la forma en que las personas eligen viajar. Cada vez más viajeros buscan experiencias sensoriales e inmersivas que los conecten con la cultura local, y la cata de vinos ofrece precisamente eso. Es una ventana única al patrimonio, clima y carácter de una región, combinando relajación con descubrimiento cultural. Con el creciente interés, esperamos que esta tendencia se acelere durante 2025 y más allá.”