Bodega Dal Borgo presentó sus vinos con el sello de Animaná

El proyecto familiar inicia un nuevo capítulo donde vinos y experiencias se conectan con la naturaleza y la tradición

Nacida en el corazón de los Valles Calchaquíes, Bodega Dal Borgo es un proyecto familiar enoturístico que busca dar a conocer la identidad del particular terruño de Animaná. Así es como desde 2012 cultivan la vid a 1700 metros sobre el nivel del mar, en un paisaje único; en un principio, elaborando vinos para terceros, pero actualmente en una nueva etapa en la que se han propuesto dar a conocer la magia de Animaná.

“Nuestro compromiso es seguir profundizando en la calidad de los vinos, cuidando el entorno natural y compartiendo la esencia de los Valles Calchaquíes con quienes nos visitan y disfrutan de nuestras etiquetas”, comentó Carla Dal Borgo, durante la presentación de la bodega en Buenos Aires, que se realizó en el restaurante Santa Inés, distinguido por la Guía Michelin como BIB Gourmand.

Dal borgo

Sin tradición vitivinícola, la familia Dal Borgo no dudó en lanzarse a la aventura de hacer vino en un lugar prácticamente desconocido para el consumidor promedio, donde todo está por hacer. Sergio, el papá, venía del mundo de la construcción, e Isabel, la mamá, es geóloga y amante de los cerros. Su hija Carla es bióloga; su hermano Facundo ingeniero agrónomo; la hermana menor también se sumó.

Así es como en 2012 compraron tierras en Animaná, Salta, y crearon la bodega con la idea de cultivar, vender uvas y elaborar vinos para terceros. El primer vino con sello propio llegó en 2017: Almandino, inspirado en el mineral característico del terruño, cuentan desde la familia. En un principio el portfolio de la bodega se basó en tres varietales, pero con el tiempo se amplió a cinco, y hoy que se complementa con un blend de alta gama cuya composición varía año tras año, ya que rescata las mejores barricas de cada cosecha.

En las 20 hectáreas de viñedos cultivados en forma sustentable, con prácticas que priorizan el equilibrio del ecosistema y la preservación de la biodiversidad, se encuentran plantados los varietales Torrontés, Sauvignon Blanc, Malbec, Tannat y Cabernet Franc. Los vinos llevan la firma del reconocido enólogo Daniel Heffner: se elaboran 35.000 botellas anuales que reflejan la identidad y el origen del lugar.

Animaná es un terruño que se caracteriza por una gran amplitud térmica, suelos aluvionales, escasas lluvias y más de 300 días de sol al año, un mix que garantiza la obtención de uvas de excelente sanidad y maduración equilibrada. Todo lo que colabora para obtener vinos equilibrados, con identidad de lugar, que transmiten un paisaje único.