La quinta edición del Prix Baron B Édition Cuisine quedó en manos de Bariloche. Más precisamente de Ánima, un restaurante ubicado dentro de la reserva El Trébol, en Circuito Chico, a 18 kilómetros del centro de la ciudad patagónica. En sus fuegos se encuentra la pareja integrada por Florencia Lafalla y Emanuel Yánez García, que conducen desde 2018 este pequeo restaurante de solo 20 cubiertos.
“Nuestra premisa fue ofrecer un restaurante que sea para la gente local de Bariloche, no solamente para el turista. Con una cocina muy ligada a nuestra forma de vivir la gastronomía con mucha libertad de crear la oferta. Es un lugar pequeño donde no hay prisas, para que la gente pueda disfrutar durante esa cena. Logramos la armonía y la sustentabilidad de nuestra pasión por la cocina y la vida con nuestros dos hijos”, comentó Emanuel Yañez Garcia.
Lafalla y Yánez García recibieron el premio (un corcho bañado en oro por el orfebre Juan Carlos Pallarols) de manos del chef Mauro Colagreco. El platense presidió el jurado integrado por la chef brasileña Manoella “Manu” Buffara, distinguida como la Mejor Chef Femenina en Latinoamérica en 2022; al empresario gastronómico y sommelier Pablo Rivero, propietario de Don Julio y El Preferido de Palermo; y Martín Molteni dueño de PuraTierra
Los otros dos finalistas fueron: Amasijo, el proyecto gastronómico de Agustín Kuran ubicado en Santiago del Estero, que trabaja con una cocina regenerativa de triple impacto; y Bajo Llave 929 de Enrique “Quique” Sobral, un restaurante a puertas cerradas de Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, que busca difundir los sabores, los aromas y los colores de la Mesopotamia.
Kuran presentó un cabrito en 3 preparaciones diferentes (paté, charqui y en confitura laqueado), mientras que Sobral apostó por una tararira acompañada de productos locales como el yatay, el pecán y el boniato.
El plato que los ganadores presentaron en la final realizada el viernes 8 de septiembre en el Alvear Palace Hotel fue una “Trucha curada con velouté de trucha ahumada, huevas de trucha y pera“. ¿Por qué la trucha y la pera?
“Es un plato donde hemos buscado mostrar dos productos que tiene mucha identidad patagónica -comentó Emanuel-. Son dos productos que por lo general siempre están en Ánima. Queríamos mostrar la sencillez de eso. Una sencillez oculta, con esa nobleza y esa versatilidad. Ese es el concepto con el que nosotros trabajamos cada día. Son productos que también muestran nuestro compromiso con el entorno y nuestra forma de trabajar#.
Además del corcho de oro creado por Pallarols, los ganadores se hicieron acreedores a un viaje a Francia para realizar una pasantía en Mirazur junto a Mauro Colagreco, y a $1.000.000. Los otros dos proyectos finalistas obtuvieron un corcho bañado en plata (también realizado por Pallarols) y un premio económico de $550.000 cada uno.