Marca clásica de la historia cervecera argentina, Bieckert está de vuelta con nueva imagen y nuevos productos. La imagen, descontracturada y “urbana”, apunta a un nuevo consumidor que por rango etario quizás nunca haya oído hablar de la marca, aunque la tipografía con la que está escrita nos recuerda que estamos ante una marca con historia. Las nuevas cervezas… bueno, acá las propuestas son dispares.
Empecemos por Bieckert Urbana, una cerveza tipo Pilsner que cumple muy bien el rol de rubia refrescante, sencilla y fácil de beber. Tiene todo lo que esperamos de una rubia: espuma blanca, color dorado brillante, aromas a grano amables y un amargor chiquito que impide que uno se canse chopp tras chopp. Su graduación alcohólica es de 4,4% y su índice de amargor (IBU) es de 32.
Pasemos entonces a la BAPA o Buenos Aires Pale Ale, que se lanzó a fines del año pasado. La marca la presenta como una “cerveza con gran personalidad”, y de ello no hay duda. El tema es si vamos o no a llevarnos bien su personalidad. Ya la birra sorprende en la copa con una color verde intenso (tipo Hulk) y buena espuma, también ligeramente verdosa. Pero en aromas y sobre todo en boca priman los de un lúpulo exageradamente intenso, amargo y herbáceo para una cerveza comercial, que el no iniciado en el camino de las IPAs puede encontrar poco amigable.
¿Eso quiere decir que la cerveza es intomable? Para nada. Pero es más una birra de pizarra que debería llevar un disclaimer que diga “tomala si sos muy fan del lúpulo”. Y también es cierto que, pasada de amargor, pierde frescura y tomabilidad, y cansa. Su graduación alcohólica es de 6,5% y su índice de amargor (IBU) es de 44.