Hace ya unos años que muchas bodegas se animan a hacer vinos varietales a partir de la variedad Criolla Chica, dejando a un lado el preconcepto de que esta es una cepa menor, tan solo apta para vinos de mesa. Desde El Esteco Old Vines hasta Proyecto Las Compuertas, son muchas las etiquetas que dan cuenta del potencial de esta variedad que llegó al país en el siglo XVI, de la mano de los conquistadores españoles.
Ahora, cinco siglos después y atento los cambios en el mundo del vino, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) publicó en el Boletín Oficial la resolución RESOL-2024-30-APN-INV#MEC, a través de la cual reconoce a la Criolla Chica como variedad tinta, apta para la elaboración de vinos de calidad.
En el apartado Considerando, puede leerse: “Que por estudios realizados a través de la Dirección de Estudios y Desarrollo Vitivinícola de este Organismo, se llegó a la conclusión que la variedad CRIOLLA CHICA es apta para elaborar vinos de calidad”.
“Que dada la composición natural polifenólica antociánica y el uso de las prácticas enológicas autorizadas, se puede obtener vinos tintos de calidad a partir de la mencionada variedad”
Conocida también como Listán Prieto, la Criolla chica ha esta presente en el continente americano desde los tiempos de la conquista española. Hasta ahora, la legislación argentina la consideraba una uva variedad apta para la elaboración de vinos rosados, lo que generaba inconvenientes a la hora de exportación, ya que es una tinta.
A partir de ahora, todo vino que tenga al menos un 85% de Criolla Chica podrá ser etiqueta como tinto. Y no solo eso. Al ser elevada a la categoría de vinos de calidad, sus vinos podrán ser etiquetados dentro de indicaciones geográficas aprobadas por el INV.
En síntesis, ¡se hizo justicia!
