Estrella indiscutible de los más prestigiosos vinos alemanes que se cultivan en los valles de los ríos Rin y Mosela, y que también brilla en los blancos franceses de Alsacia, el Riesling celebra su día internacional el 13 de marzo, ofreciéndonos la excusa perfecta para hablar de una variedad que cuentan con exponentes brillantes en la Argentina.
Vale aclarar que no hay muchas etiquetas argentas que lleven la palabra Riesling al frente. Esto se debe a que la producción local de esta variedad es cada vez más escasa, como muestran las estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV). En los últimos 10 años se redujo un 27,9% la superficie plantada con Riesling, la que de por sí ya era pequeña. Hoy hay sólo 72,4 hectáreas en todo el país.
Y si bien la mayor parte se encuentra en Mendoza, como veremos aquí abajo hay proyectos en provincia de Buenos Aires y de Salta que están ofreciendo perfiles muy interesantes de esta variedad que en un vino joven ofrece un perfil aromático muy potente, de lima, manzana verde y flores, con una nota fresca de cera de panal. Y que luego, con el paso del tiempo, gana complejidad, sumando cierta nota a hidrocarburos.
Veamos 5 grandes etiquetas locales:

Rutini Colección Riesling 2024
Este Rutini es uno de los Riesling argentinos con más historia y más consistencia. En sus aromas ofrece esa clásica combinación de cítricos, manzana verde y miel, en un vino con buen volumen y frescura, pensado para evolucionar y volverse más complejo con el paso de los años.
(Rutini Wines, $42.000)

Insólito Riesling 2022
Este blanco proviene de Balcarce, provincia de Buenos Aires, y las pocas cosechas puestas a la venta a la fecha hablan de un perfil bastante particular. En sus aromas prima lo frutal: la manzana, pero también la pera y el durazno. Acidez tensa en boca, equilibra el buen volumen en un vino que en el paladar ofrece bastante textura.
(Puerta del Abra, $56.000)

Luigi Bosca Riesling 2023
Otro Riesling clásico argentino. Complejo y delicado, sus aromas van por el lado de la fruta (durazno, damasco) y las flores. En boca hay buena acidez, algo de textura y un volumen justo, que funciona tanto para acompañar comidas de muy diverso tipo como para beber solo. También hay buen potencial de guarda.
(Luigi Bosca, $36.500)

Costa & Pampa Riesling 2022
Volvemos a la provincia de Buenos Aires, en este caso a Chapadmalal. Allí, a tan solo 7 kilómetros del mar nace este blanco peligrosamente fácil de beber. Refrescante, delicado y algo envolvente, la lima y el durazno definen sus aromas y sabores, en un blanco mineral.
(Trapiche Costa & Pampa, $25.029)

Amalaya Liviano 2024
La bodega cafayateña lanzó a principios de año este corte 50% Riesling-50% Torrontés, con la peculiaridad de su muy abajo alcohol: 9%. Es un blanco ligero, en el buen sentido: pura frescura y tipicidad calchaquí, en un vino que se bebe fácil y que funciona muy bien como aperitivo, pero también como sidecar de platos como pesca blanca, picadas y pizzas. Atenti, que solo se vende en la bodega y en la tienda online de la marca ($11.500).