Apodada “el champagne de las aguas”, Perrier es una de las marcas más reconocidas de agua carbonatada, con presencia en más de 140 países. Originaria del sur de Francia, se obtiene del manantial natural de des Bouillens, en Vergézes, a 17 kilómetros de Nimes. Su historia se remonta a la época de los romanos, ya que fueron ellos quienes descubrieron esta fuente de agua que brota naturalmente con gas.
En 1863, Napoleón III publicó un decreto en el que le otorgó el reconocimiento de agua mineral natural, y desde entonces se permitió su comercialización. Años más tarde, en 1898, el médico francés Louis-Eugène Perrier adquirió el manantial e investigó sobre las propiedades terapéuticas del agua. Ese mismo año, Perrier fue declarada de interés público y desde entonces el manantial lleva su nombre.
La historia viene a cuento de que esta semana la Embajada de Francia fue el escenario elegido para compartir la noticia de que la importadora Goodies comienza a traer Perrier a la Argentina, incoporándola a su portafolio de productos gourmet que incluye marcas como las mostazas y mayonesas Maille, las mermeladas St. Dalfour, los licores Giffard y los gins G´Vine y YuGin.