Son contados los espumantes que se animan a innovar y apartarse de la clásica fórmula Chardonnay/Pinot Noir. Pero los que lo hacen indudablemente se destacan. Es el caso de Amalaya, que desde hace años propone un armónico y expresivo blend entre dos variedades emblemáticas de los Valles Calchaquíes de Salta, como son el Torrontés y el Riesling.
“Sin dudas, el primer diferencial en el perfil de nuestro Amalaya Brut Nature es el varietal Riesling, plantado en viñedos a 1700 m.s.n.m. y cosechado en un punto de madurez que le permite al varietal tener una expresión fresca y balanceada con la acidez natural”, comenta Jorge Noguera, enólogo de Amalaya.
La combinación entre frescura e identidad es lo que explica la original mixtura entre Riesling y Torrontés, que inicialmente fue empleada para la elaboración de un vino tranquilo, pero que luego se extendió al mundo de las burbujas.
“Riesling fue nuestro primer aliado para refrescar nuestro corte de Amalaya Blanco con base de Torrontés allá por el 2012, y luego en 2014 decidimos destinar el carácter fresco de este varietal a elaborar la base de un corte 80% Riesling y 20% Torrontés para la posterior toma de espumas en método Charmat”, cuenta Noguera.
Pero además de frescura, el Riesling aporta una interesante paleta de aromas a frutas frescas. Por su parte, el Torrontés, variedad bandera entre las blancas argentinas, suma al corte un aporte de floral, frutado y llena el medio de boca en una base de Riesling muy fresca.