“El recibimiento fue muy bueno porque más allá del cambio de imagen, la calidad del vino no cambió”, cuenta Nina Pulenta, Directora de Marketing de Pulenta Estate, al respecto de la nueva imagen de La Flor. El año pasado, esta reconocida línea de vinos de la bodega atravesó un cambio radical, basado en un enfoque “minimalista” que apela a la pureza del vinos.
Nina estuvo detrás de dicho restyling, llevado a cabo junto con un prestigioso estudio en Shoreditch (Londres) especializado en diseño sustentable, y que estuvo a cargo de la imagen de la Bienal de Venecia. “Muchas veces cuando uno hace un cambio de imagen es consecuencia de una caída en ventas o poco rendimiento del producto, pero en este caso no fue así: la Flor siempre fue una de las líneas más exitosas de la bodega -asegura Nina-. El cambio responde a algo que estaba sucediendo hace ya unos años entre mis primos Edu y Diego y yo. Creíamos que era el momento para que La Flor adopte una nueva identidad que nos representara a nosotros, la cuarta generación de la familia, nuestra manera de ver la industria y nuestra manera de tomar vino”.
“Venimos trabajando hace tiempo sobre la línea con el equipo de enólogos, haciendo un paso por madera más corto y enfocándonos en la fruta, pasa así mostrar el potencial que tienen nuestras fincas para cada varietal”, agrega Nina, quien también se desempeña como Europe & Asía Brand Ambassador de la bodega establecida en Alto Agrelo, Mendeoza.
-¿Cómo respondió el consumidor a estos cambios?
-A quienes siguen y consumen los vinos de La Flor, por supuesto les sorprendió el cambio. Pero la verdad es que la respuesta fue muy positiva, sobre todo por el diseño. Somos una bodega con diseño porque es algo que nos apasiona y también nos eligen por eso. Cuando papa y mi tío sacaron la primera etiqueta de Pulenta Estate era revolucionaria; era una etiqueta que ocupaba casi toda la botella, no había etiquetas así en el mercado. En este caso creo que también es disruptiva por su sencillez y también por el banderín que lleva.
La grafica la trabajamos con un estudio de amigos de Londres, que trabajan mayormente con museos y galerías de arte. Le hicieron la imagen a la bienal de Venecia del año pasado. Nunca habían hecho una etiqueta de vino, que fue justamente por lo que decidimos trabajar con ellos. Creo que el resultado nos representa y al estilo de los vinos también: minimalista, simple y elegante. Sin vueltas, lo que importa es la calidad del vino. Y ese siempre es nuestro norte.
-¿Cómo podemos definir hoy el estilo de La Flor?
-El estilo ha ido evolucionando a través de los años, pero ya hace un tiempo que lo definimos un poco más nosotros (los primos). El estilo, como el estilo de Pulenta Estate, es de vinos elegantes y equilibrados. Pero en el caso de La Flor, buscamos que esa elegancia descanse en la simpleza. Decimos que son vinos “minimalistas”, donde lo que brilla es la fruta, el equilibrio y la calidad. Siempre hemos hecho vinos que a nosotros nos gusta tomar, y este es un buen ejemplo de eso. Tratamos de ser fieles a lo que nos gusta, y tratar de alguna manera de compartir nuestro punto de vista sobre el vino.
Para La Flor Malbec, por ejemplo, trabajamos con uva de nuestra finca de Alto Agrelo y de Los Arboles en el Valle de Uco, para conseguir un Malbec redondo, equilibrado e interesante. De nuestra finca de Alto Agrelo buscamos destacar la fruta. La expresión de tipicidad es única por su concentración y la claridad de la expresión aromática. Los vinos que obtenemos de Agrelo para La Flor son vinos nobles, generosos que entregan toda su potencia en la elaboración. Como dice nuestra enóloga Milena Juri, los vinos de Agrelo se sienten como un abrazo.
De nuestra finca a 1200 mts en Los Árboles, Valle de Uco obtenemos la expresión mineral, una traslación llana de suelo a botella. Este suelo es de textura franco-arenosa y de excelente drenaje. Pobres en nitrógeno y materia orgánica se traducen en vinos de muy buena estructura con taninos presentes, firmes y equilibrados, mayor característica mineral y de colores intensos. Son vinos extremos.
El resultado a combinar uvas de ambas fincas es un Malbec aromático, sabroso y elegante. Un vino joven de paso corto por madera, donde la protagonista es la fruta y la expresión varietal. Minimalista, si, pero con mucho que contar.
-¿Hacia dónde apuntan hoy con la evolución de la línea?
.Cuando nos juntamos a pensar en un vino nuevo o en la evolución de una línea siempre es un proceso largo –¡la vitivinicultura no es para los impacientes! Tenemos un equipo de investigación y desarrollo donde constantemente estamos explorando nuevas ideas, y en general todo se da de una manera muy natural: probamos un vino, alguno de mis primos trae una idea nueva y sobre eso avanzamos. El desafío siempre es apropiarnos del concepto, ponerle nuestro sello: tener algo nuestro para compartir y contar con ese vino. Entonces, todos los vinos que sumamos a la línea La Flor son porque nos interesa desarrollarlos, porque nos gustan a nosotros y porque estamos convencidos de ese producto y de lo que tiene para decir.
Por mi trabajo, hablo constantemente con chefs, dueños de vinotecas y sommeliers, compradores que son masters of wine. Muchas veces nos preguntan si no tenemos un vino de tal o cual estilo – y yo les contesto que tenemos vinos del estilo de nuestra bodega, estilo Pulenta Estate. Si cuando los prueban les gusta el estilo, en general trabajamos juntos por años porque además somos garantía de calidad.