“Esto no se parece a nada que hayamos embotellado antes”, comentó Meghan Ireland, chief blender de WhistlePig. La semana pasada, esta destilería lanzó una edición limitada de The BigShǝBàng, un whisky que la marca presentó como el primer single malt norteamericano con 30 años de añejamiento. Este lanzamiento se suma a una serie de ediciones envejecidas previas, como The Béhôlden (21 años, en 2023) y The Badönkådonk (25 años, en 2024).
WhistlePig opera desde una finca de 200 hectáreas en Vermont, rodeada de cultivos de centeno y granos experimentales. La destilería se ha propuesto llevar el whisky de centeno —considerado el original estadounidense— a nuevos niveles de complejidad y maduración, bajo el concepto “de la granja a la botella”. El nuevo ejemplar pasó tres décadas en barricas de roble americano, seguidas por cuatro semanas de añejamiento secundario en barricas de Vin Santo, un vino de postre italiano conocido por su prolongado envejecimiento en madera.
“Llevábamos años buscando barricas de Vin Santo, y finalmente se alinearon los astros para conseguir unas pocas y terminar esta edición inaugural”, explicó Meghan Ireland. “Como ocurre con muchos de nuestros barriles más esquivos, han sido un catalizador de complejidad”. El Vin Santo, producido principalmente en la región italiana de la Toscana, se caracteriza por su riqueza sensorial.
Al igual que el Vin Santo, que suele venderse exclusivamente en las bodegas, The BigShǝBàng estará disponible únicamente en The WhistlePig Vault en Louisville, Kentucky, y en un número muy limitado de bares especializados en whisky en Estados Unidos. Cada botella de barrica única tiene una graduación de 90.4 proof (45.2% de alcohol por volumen), está elaborada con 100% cebada malteada y tendrá un precio de venta al público de 4.999 dólares.