 
													Ambos espumantes son elaborados con uvas Pinot Noir y Chardonnay provenientes de Gualtallary, Valle de Uco, Mendoza, a 1.400 metros de altitud, cosechadas a mano y con una segunda fermentación en botella durante dos años sobre levaduras. “Este proceso, fiel al método tradicional francés, otorga profundidad, textura y una fineza de burbuja que distingue a cada botella”, explica Juan Pablo Solís, enólogo de la bodega.
“La elección de trabajar con las variedades tradicionales, Pinot Noir y Chardonnay de zona fría del Valle de Uco, nos permite obtener uvas con una maduración lenta y equilibrada. Ese origen, combinado con el método champenoise, es lo que da identidad y autenticidad a nuestros espumosos”, concluye el enólogo.
 
													 
				