A primera vista, Sifonazo sorprende por la frescura de su etiqueta. La misma frescura que se encuentra en el vino, sin crianza en barrica, pura fruta, que se presta tanto para el “sifonazo” que propone la etiqueta como para beberlo solito, en copa o en vaso.
Esta nueva línea de la bodega mendocina Reserva de los Andes está conformada por un blend tinto y un blend blanco, de buena relación precio-calidad, que se presta para el día a día. Las uvas provienen de Maipú (Mendoza); en el caso del tinto, un corte en iguales proporciones de Malbec y Syrah. El blanco es un 50%-50% de Chenín y Pedro Jiménez.
Los distintos componentes del blend se fermentan por separado en vasijas de acero inoxidable, y luego se juntan antes del embotellado. No hay paso por madera, lo que resulta en un vino fácil de beber y muy expresivo en aromas. El Tinto de Tintas expresa primordialmente fruta roja, con algo de violetas; el Blanco de Blancas va por el lado de la fruta de hueso.
Servido con un chorro de soda, como sugiere la etiqueta, funciona bien porque destaca la fruta fresca. Sin soda, en copa y a la temperatura correcta (levemente frío) es un buen aliado para las comidas, desde carnes hasta pastas y pizzas.