“Un artículo increíblemente raro de conseguir: una botella de vino de la bodega personal de Adolf Hitler en su refugio de montaña, el Berghof”. Así definió Bill Panagopulos, presidente de la casa de subastas Alexander Historical Auctions, de Maryland, a la botella de un Saint Emilion 1934 que salió a remate días atrás, para obtener tan solo 2.500 dólares, una suma fue considerablemente inferior a la estimación de venta de entre 5.000 y 7.000 dólares.
El vino dentro de la botella, vale aclarar, es intomable, a causa del mal estado del corcho original. De hecho, la botella está medio vacía. “Dado que había una ligera fuga, la botella se ha vuelto a tapar con corcho, pero se conservan restos del corcho original”, especificaba la casa de subastas en su anuncio original. Y aunque no dio a conocer el nombre del comprador, sí señaló que el vendedor del vino era “uno de los coleccionistas de documentos militares alemanes más destacados de Estados Unidos… con más de 50 años de experiencia”.

La botella proviene de la cava personal que Hitler tenía en el Berghof, en los Alpes bávaros, Alemania. En la década de 1920, Hitler y otros miembros del partido nazi vivieron y dirigieron con frecuencia sus asuntos desde esa residencia. El complejo quedó prácticamente destruido en abril de 1945, cuando las fuerzas aliadas lanzaron un devastador bombardeo sobre Obersalzberg. Tras la guerra, el ejército estadounidense decidió destruir las ruinas para evitar que se convirtiera en un lugar de peregrinación nazi.
Ese mismo año uno de los soldados que conformaron el equipo de expertos en demolición del jeército estadounidense robó una de las botellas del sótano y la ocultó en su chaqueta antes de que todo el edificio quedara completamente destruido.
“Las subastas realizadas por Alexander Historical Auctions han presentado anteriormente artículos robados del Berghof por los soldados estadounidenses enviados a destruir la propiedad –puede leerse en una nota al respecto publicada por The Drinks Business-. La venta genera preocupación entre quienes buscan recuerdos de Hitler para idolatrar al líder nazi, especialmente dado que el vino en sí es imbebible debido a un corcho dañado, lo que lo convierte en una opción menos atractiva para los verdaderos coleccionistas de vino”.