Johnson Reserve Ascension tiene la capacidad de marear al conocedor de whisky más entrenado en lo que refiere a crianza y terminado de esta bebida espirituosa. A diferencia de la enorme mayoría de los whiskies que atraviesan una crianza en barrica (sea de jerez, ron o bourbon, por ejemplo), y que como mucho luego realizan un “finish” en otra barrica para sumar complejidad… el single malt en cuestión tuvo 33 crianzas distintas.
Para ser más preciso, durante su crianza pasó por 33 barricas distintas -incluidas aquellas que contuvieron previamente Mescal, Oporto, Madeira, Marsala, Armagnac y Pedro Ximénez, entre otras- en un proyecto que demándo 12 años y que le valió a Johnson Reserve Ascencion entra en el Guinness World Records, por “contener la mayor variedad de aromas y sabores jamás reunidas por un whisky“.
“Ascension representa la cumbre de nuestro oficio y creemos que quienes buscan las experiencias más exclusivas y refinadas encontrarán su valor reflejado en los años de dedicación e innovación detrás de cada botella”, comentó Alexander Johnson, fundador de la destilería que lleva su nombre a The Spirits Business. “Este lanzamiento no se trata de la exclusividad por sí misma, sino de ofrecer a los coleccionistas y conocedores una expresión de whisky que representa lo máximo de lo que es posible cuando convergen la paciencia y la precisión”.
Embotellado con una graduación de 46%, este whisky ofrece notas de higos melosos, almendras tostadas y brioche cálido en nariz, que evolucionan hacia notas de madera de cedro, vainilla y un toque de mezcal ahumado. En boca, se describe como “increíblemente suave”, con sabores de pera caramelizada y caramelo, que dan paso a roble seco, cacao oscuro y el toque terroso del agave. Se dice que los matices de cereza negra e higo se combinan con especias delicadas y un toque de sal marina.
El final es largo y persistente con notas de tabaco dulce, avellana tostada y especias suaves de roble mizunara. Son solo 40 las botellas producidas de este whisky récord.
