Plantados en 1888 en Vistalba, en el corazón de Luján de Cuyo, los viñedos de la finca Villa Blanca cuentan la historia -los más de 130 años de historia en movimiento- de la bodega Nieto Senetiner. Allí, conviven vides añosas de un valor inigualable con otras plantadas recientemente en el marco de proyectos de investigación e innovación que lleva adelante la bodega mendocina. Y allí también nace Villa Blanca Estate Malbec, su vino ícono.
“Este vino representa todo lo que queremos ser. Representa a Vistalba, donde estamos ubicados, representa a nuestro viñedo más antiguo y a la variedad que más nos representa, que es el Malbec”, cuenta Santiago Mayorga, enólogo de bodega Nieto Senetiner, con quien conversamos acerca de Villa Blanca.
-¿Cuál es el valor particular que tiene esta finca?
-Este viñedo fue plantado en 1888 por una familia que le puso Villa Blanca en honor a la mamá de uno de los dueños. También en 1888 es que se empieza a construir la bodega. Pero uno de los aspectos destacables de esta finca es que está ubicad en la zona de Vistalba, recientemente designada como IG. Vistalba es una zona de Luján de Cuyo bastante antigua, con suelos de una profundidad de entre 1.20 a 1.50 metros, con un fondo de lecho de río que tiene muy buena permeabilidad. Eso lo hace muy idóneo para cultivar el Malbec.
En sus 17 hectáreas, la finca siempre tuvo Malbec, pero también tuvo Cabernet Sauvignon y Syrah. En la actualidad nos queda un cuartel de Malbec de mucha antiguedad, que es de donde proviene nuestro single vineyard Villa Blanca. A su vez, es una zona de ciclo largo, porque la brotación es temprana pero la maduración es tardía, con lo cual se logran ciclos de maduración muy interesantes, que dan lugar a vinos con mucho color, profundidad y equilibrio.
-¿En la finca las vides añosas conviven con otras más recientes?
-Tenemos por un lado nuestro viñedo antiguo de 1900. y después Jimena Castañeda y su equipo de agronomía han plantado una selección clonal de Malbec del INTA. El INTA hizo una selección de Malbec por distintas calidades, lo que convierte a este lugar una zona de investigación y desarrollo, porque tenemos los clones que se comportan de distinta manera y los estamos probando. Todavía es algo muy preliminar, pero estamos empezando a ver algunas diferencias muy interesantes.
-Volviendo al Villa Blanca Estate Malbec, ¿qué representa este vino para la bodega?
-Este vino representa todo lo que queremos ser. Representa a Vistalba, donde estamos ubicados, representa a nuestro viñedo más antiguo y a la variedad que más nos representa, que es el Malbec. Y no solamente eso a nivel conceptual, sino que al día de hoy obtener un vino de un viñedo que tiene esos años nos permite lograr equilibrio, profundidad, pureza y concentración. Entonces la calidad, que para hacer un vino es lo primero, sin duda es algo que está descontado en esta región.
-¿Cómo ha evolucionado este vino a través de las cosechas?
-La primera cosecha fue en el año 2009, y realmente a partir del año 2012 fue que empezamos a trabajarlo con el objetivo de buscar un single viñeyard o el ícono de la bodega. En aquel momento y en esa época, los vinos tenían un estilo distinto a hoy, donde se buscaba un poco más de madurez, de presencia de la madera, de concentración e incluso de dulzura aromática y del aporte que la madera le pudiera hacer al vino.
-¿Hoy por dónde pasa la búsqueda estilística?
-Con el correr de los años y con el equilibrio que ha logrado este viñedo, hemos ido buscando un poquito más de balance entre la madurez, la frescura, la concentración y el aporte de la madera. Esto no se logra tan rápido, sino que es un trabajo paulatino. En el que siempre uno tiene ganas de ir mejorando y buscando el mayor equilibrio. Y el equilibrio además es algo muy subjetivo y es parte del estilo de las bodegas.
Pero hemos ido buscando cada vez más esta expresión de lugar, donde se destaca la fruta que caracteriza a Vistalba. La fruta negra, con una nota de té en hebras, algo floral tipo lavanda y una boca de taninos muy suaves, sedosos y redondos. Y eso con una buena acidez y jugosidad, que logramos cosechando un poco más temprano.
Y luego, por supuesto, está el tiempo de guarda en barricas, que es de alrededor de 18 a 24 meses, de acuerdo al año y a un montón de condiciones. Porque hoy no nos limita más que la calidad y la búsqueda de lograr este vino que nos representa como nuestro vino más importante, nuestro ícono.