“Cuando terminé el colegio a los 17 años no tenía muy claro lo que quería hacer, pero sí sabía que me gustaban la naturaleza, la biología y las ciencias exactas por todo lo que había vivido con mi papá desde chico, cuando lo acompaña a los viñedos”, recuerda Santiago Mayorga, enólogo de las bodegas Nieto Senetiner y Cadus, que heredó la misma pasión de su padre y que lo llevó a estudiar Ingeniería Agrícola.
Su papá, el ingeniero agrónomo Santiago Mayorga (73 años) visitaba viñedos de Mendoza pero también de Neuquén y La Rioja, con su empresa de asesoría, y Santiago (h) disfrutaba de acompañarlo: “Antes de recibirme en la Facultad y durante mis primeros años de carrera trabajé con él en su empresa, con lo cual aprendí mucho a su lado del manejo de viñedos, zonas y suelos, porque mi padre tiene una visión muy amplia 360° del viñedo”, agrega el enólogo de Nieto Senetiner y Cadus.
“Nunca fue algo que yo le haya impuesto, pero realmente me gustó muchísimo compartir un montón de situaciones de trabajo, en las que creo que se dio una gran transmisión de experiencia y conocimientos”, dice por su parte Santiago Mayorga (p). “Santi tiene otras aptitudes y atributos que por ahí yo no tenia, y me pareció que la base de la Agronomía era muy interesante para su camino de la enología y la comunicación del vino. Así que cuando me preguntan qué sos de Santiago Mayorga, tengo que decir que soy el padre y que me llena de orgullo“, asegura.
Santiago padre tiene motivos de estar orgulloso de Santiago hijo. Graduado como Ingeniero Agrícola en la Universidad Nacional de Cuyo, en sus poco más de 20 años como enólogo ha recibido numerosos reconocimientos. En 2016, por ejemplo, la revista Wine Enthusiast lo destacó como uno de los enólogos de la “Now Generation” que están marcando el rumbo de la industria del vino de Argentina, en 2017 fue elegido como Young Winemaker of The Year por Tim Atkin y como parte de los “10 Winemakers to Watch” por Decanter al año siguiente. Claro que el inicio de esa carrera se remonta a los años y viajes compartidos entre padre e hijo: “Fue muy lindo compartir esos viajes a Neuquén, a La Rioja, y mismo en Mendoza -dice Santiago (p)-. Realmente Santigo siempre fue una persona muy estudiosa, que le gusta el trabajo y la naturaleza, y que tiene un don social. Creo esos viajes fueron los primeros pasos para hacer todo lo que ha hecho hoy: una carrera muy linda en la enología”.
Santiago (h), por su parte, destaca no solo experiencias, sino también valores aprendidos de su padre: “Yo creo que el amor por el conocimiento, por el sustento y por el orden, y la curiosidad son cosas que heredé de mi papá, junto con valores como el de la responsabilidad en el trabajo y la humildad de que uno siempre tiene un montón por aprender”, asegura.
Al día de hoy, los viñedos siguen siendo tema de charla entre los dos Santiagos. “Con Santi siempre intercambiamos opiniones, conceptos, hablamos de novedades, de innovación. Y siempre que tiene alguna duda del viñedo me consulta y a mi me encanta poder ayudarlo con las dudas que tiene, y poder darle mi visión y mi experiencia”, cuenta el ingeniero agrónomo padre.
“Con mi papá hoy en día tenemos una relación muy linda, donde compartimos momentos familiares pero también otros de consultarnos cuestiones técnicas o algunos temas de experiencia que para mi son hermosos, muy enriquecedores y que me hacen bien -dice Santiago (h)-. Siempre mi papá con su experiencia y su expertise, tiene una visión muy clara y me enseño mucho a que no hay que dudar tanto: si uno sabe, tiene sustento y tiene convicción, hay que ir por ese lado”.