De día, pero sobre todo de noche, la estructura de maderas blancas onduladas emulan un Le Parc, en el frente de este establecimiento que suma un nuevo spot al circuito gastronómico de Costanera norte, que actualmente atraviesa un notorio proceso de reconversión. La apertura más reciente es este llamativo edificio que alberga en su planta baja dos restaurantes –Fabric Dragón Blanco y Tigre Morado suman en total capacidad para entre 180 y 200 comensales–, y en cuya planta alta funciona la disco Caramelo.
Visitamos Dragón Blanco (Av. Costanera Rafael Obligado 6750) durante su marcha blanca y vamos con algunos comentarios con la consideración de que recién está dando sus primeros pasos. Partamos de la llamativa decoración del salón en cuyo techo se dispone un instagrameable dragón de más de 20 metros de largo elaborado en símil piedra. El salón de iluminación moderada apunta a la intimidad, lo que se refuerza con la disponibilidad de su salón privado, pero también hay una barra en la cual tomar contacto con el trabajo de los itamaes.
En cuanto a la carta, el foco está en el sushi tiene protagonismo y, atento a las modas actuales, se ofrece un servicio omakase (en el cual son los itamaes los que proponen qué comer). Pero también se puede pedir a la carta, la que incluye opciones de street food como el Katsu Sando, un bife furai en pan sellado; el Siu Mai Dumpling, que un wonton de cerdo y langostino, servido con huevas de trucha y chilly oil; y el Korean Crispy Chikin’, unos muslitos de pollo crocantes con kimchi, salsa agridulce y emulsión de cilantro. Estos últimos son los más destacables.
Pero la carta incluye opciones para quienes no son amantes de la cocina fusión. Hay, por ejemplo, una hamburguesa Royal elaborada con un blend de carnes y que lleva cheddar, hongos, cebolla caramelizada, rúcula, y mayonesa de trufas, acompañado de papas fritas. A la hora de los postres, el recomendado de la casa es la cookie tibia con chips de chocolate, mantequilla de maní y sal marina, cubierta con merengue, alrededor de la cual se dispone una variedad de toppings y helado de crema americana, que está muy bien.
En cuanto a la carta de bebidas, Dragón Blanco y Tigre Morado comparten barra, que se encuentran geográficamente ubicada al ingreso al edificio, entre ambos restaurantes. Además de los clásicos, hay cócteles de autor como el Cosmo de hibiscus con vodka Absolut, Cointreau, cordial de arándanos y Ramazzotti; y el Samurai Cocktail con sake, Jagermeister, jugo de pomelo, lima, azúcar mascabo y jengibre.
