“En 2024, se espera que la producción mundial de vino disminuya aun por debajo volumen del año pasado. Los desafíos climáticos en ambos hemisferios son una vez más los principales contribuyentes a la reducción del volumen de producción mundial”, comienza diciendo el reciente informe de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
Este año, la caída de la producción global de vino se estima en un 2% por debajo de la 2023, que fue un 7% menor a la del año anterior. Es más, la cosecha 2024 sería un 13% menor al promedio de los últimos 10 años. El volumen de producción estimado que se espera es el más bajo desde 1961: 231 millones de hectolitros.
Para el hemisferio sur, 2024 marca la producción más baja en dos décadas: 46 millones de hectolitros. Lo que representa un 2% menos que en 2023 y un 12% menos que la media de los últimos cinco años. Este año, consigna el informe, los principales productores como Argentina, Sudáfrica y Nueva Zelanda enfrentaron importantes desafíos climáticos, desde heladas hasta lluvias excesivas e inundaciones.
En ese contecto, la Argentina lideró la región con una notable recuperación de hasta 10,9 millones de litros, un aumento del 23% con respecto a 2023, pero aún por debajo de su media de cinco años.
Por el contrario, Chile y Brasil experimentaron fuertes caídas, con una producción que se redujo un 15% y un 25%, respectivamente, debido a la sequía y las fuertes lluvias. La producción de Australia, de 10,2 millones de litros, reflejó un ligero aumento, pero se mantuvo significativamente por debajo de los promedios históricos.
La Unión Europea, que normalmente representa el 60% de la producción mundial de vino, ha experimentado caídas significativas en 2024. La producción total de la UE se estima en 139 millones de hectolitros para 2024, un 3 % menos que en 2023 y un 11 % menos que la media de cinco años, lo que la convierte en la producción más baja del siglo XXI.
Francia experimentó la caída más pronunciada, con una producción que cayó un 23%, hasta 36,9 millones de hectolitros, debido a las continuas lluvias, los brotes de enfermedades y las tormentas de granizo. Esto ha dado lugar a algunas de las cifras de producción más bajas desde 2017, y regiones como Burdeos y el valle del Ródano enfrentan dificultades especiales.
Mientras tanto, Italia recuperó su posición como mayor productor de vino del mundo con 41 millones de litros, un aumento del 7% con respecto a 2023, aunque todavía un 13% por debajo de su media de cinco años. España también experimentó una modesta recuperación, con una producción de 33,6 millones de litros, un 18% más que el año anterior.
Los países de Europa oriental, como Hungría y Eslovaquia, se opusieron a la tendencia y registraron cosechas superiores a la media, mientras que Portugal logró alcanzar una producción acorde con su media de cinco años.